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Radiografía de… Galletas Príncipe, de Marinela
Por el Poder del Consumidor
Estimados consumidores, en esta ocasión hacemos un paréntesis en el análisis de cereales y presentamos la radiografía de las galletas Príncipe de Marinela, ya que a nuestra coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, Xaviera Cabada, le obsequiaron estas galletas en la Cumbre Mundial de Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares México, promovida por la industria de alimentos y bebidas.
Como verán en esta radiografía, para ella fue alarmante recibir un producto tan nocivo para la salud, justamente, en una cumbre de “salud”.
Galletas Príncipe (1 paquete, 8 piezas):
Azúcar:
31.2 gramos de azúcar en un paquete de 88 gramos, lo que equivale a 6½ cucharadas cafeteras de azúcar por un paquete de estas galletas.
Esto constituye un 130% del azúcar máxima tolerada que una mujer puede consumir para todo el día y el 93% para el caso de los hombres, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AAC o AHA, por su siglas en inglés).
Hay personas que consumen hasta dos paquetes de estas galletas en un solo día.
Un niño que consume un paquete de estas galletas estaría ingiriendo del 163 al 216% de azúcar máxima tolerable para todo el día, que de acuerdo con lo establecido por la AAC para esa edad es de 3 a 4 cucharadas de azúcar.
Como es obvio por la información nutrimental que se proporciona en el etiquetado –que es por galleta y no por paquete–, un consumidor difícilmente podrá darse cuenta de la cantidad de azúcar contenida en un solo paquete de estas galletas y que está consumiendo el doble de azúcar máxima tolerada para todo el día.
Cabe recordar que el alto consumo de azúcar está asociado a un riesgo mayor de padecer obesidad y diabetes
Además, se ha observado que los altos consumos de azúcar provoca adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito, es mucho más difícil dejarla de consumir.
Es muy preocupante que la población cada vez tenga mayor acceso a este tipo de productos y que éstos se hayan convertido en parte de la ingesta cotidiana.
Las galletas son frecuentemente consumidas para acompañar el café en reuniones sociales, familiares, amistosas o laborales.
Fibra:
El total de fibra por paquete es de 3.2 gramos.
Esta es una cantidad de fibra baja para un adulto, ya que la recomendación de fibra que debe consumir un adulto para todo un día es de al menos 25 gramos y para un niño o adolescente el consumo de fibra recomendable es de 19 a 25 gramos al día.
Lo realmente importante es que la fibra provenga de distintas fuentes, como de granos enteros, frutas y verduras
Grasa:
El paquete contiene 17.6 gramos de grasa, lo que equivale a 3½ cucharadas de grasa vegetal o lo que conocemos como manteca vegetal.
De estos 17.6 gramos, 11 gramos son de grasa saturada. Este es el peor tipo de grasa que se pueda consumir, ya que ha sido saturada de forma química: al organismo se le dificulta más digerirla y es el tipo de grasa que más daño provoca.
De acuerdo con las recomendaciones calóricas promedio para un adulto, la cantidad de grasa que se puede consumir en todo el día es de 25 a 30% aproximadamente.
Un solo paquete de estas galletas cubre una tercera parte de la recomendación total de grasa.
La cantidad de grasa saturada también es alta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta no mayor al 8% de las calorías provenientes de grasa saturada. En una dieta de 2,000 kcal en gramos equivale a 18 gramos para todo el día. El paquete completo contiene 11 gramos de grasa saturada, cubriendo el 61% de la cantidad máxima recomendada.
Sodio:
Por paquete contiene 328 miligramos o el 13.6% del requerimiento total de sodio para un adulto, que son no más de 2,400 miligramos.
Por otro lado, de acuerdo con el semáforo inglés para productos industrializados se establece: un producto que contenga entre 120 y 600 miligramos de sodio por cada 100 gramos de producto es considerado moderado en sodio
La relación directa entre mayor consumo de sodio y valores elevados de presión arterial se demuestra en diversos estudios.
La ingesta de sodio en la población ha incrementado considerablemente, ya que la dieta tradicional mesoamericana ha cambiado para ser sustituida por lo que se le ha denominado la dieta occidental o alimentación basada en productos industrializados altos en azúcares, grasas y sal.
Sólo algunos productos industrializados están exentos sodio
Etiquetado:
El etiquetado es muy sencillo, pero llamativo. El paquete es color dorado, resaltando dos galletas sabor chocolate abajo del nombre del producto.
En la parte inferior y lateral del etiquetado frontal se muestran los gramos y porcentajes de calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio por porción de una sola galleta.
El paquete contiene ocho galletas y difícilmente una persona consume solo una galleta del paquete, por lo que la información nutrimental debería indicar el contenido del paquete completo; no el de solo una galleta.
Por otro lado, se observa que en el etiquetado se utilizan denominaciones como “… % de los requerimientos diarios recomendados” y los organismos de salud internacionales no establecen una “recomendación” de azúcar añadida, sino que han establecido una cantidad máxima tolerable.
La AHA indica ingestas máximas tolerables de azúcares del 5% y la OMS no más del 10% de las calorías totales. La industria de alimentos y bebidas no maneja estos criterios; por el contrario, ha generado sus propios criterios que resultan engañosos para los consumidores. Un claro ejemplo son los valores de azúcar que se proporcionan.
Los valores de azúcar que se establecen en el etiquetado son del 4%; sin embargo, usando el mismo criterio que aquí se indica el porcentaje real sería del 32% para las ocho galletas.
No obstante, de acuerdo con las cantidades máximo toleradas de azúcar acorde a criterios internacionales, los porcentajes distan mucho de lo que la industria promueve.
En este sentido, el porcentaje de azúcar es del 130% conforme con la AHA y del 65% de la cantidad máxima tolerada de acuerdo con la OMS.
El tipo de información que utiliza la industria en los etiquetados frontales, a la que se le ha denominado GDA (Guías Diarias de Alimentación) no tiene sustento científico y se ha demostrado que engaña y desorienta a los consumidores en lugar de orientarlos.
Este tipo de información induce a creer que las cantidades, ya sean de calorías, grasas saturadas, sodio o azúcar, son bajas cuando en realidad no lo son.
El El Poder del Consumidor ha demandado a Cofepris (Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios) una regulación que no permita a la industria usar este tipo de etiquetados engañosos.
No hay que olvidar que el etiquetado es la única orientación que el consumidor realmente tiene para conocer cuál es la calidad nutricia de los productos industrializados.
Es importante que el etiquetado no induzca al error, puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que la información no debe inducir a error y debe ser clara).
Ingredientes:
Harina, relleno sabor chocolate (del cual el primer ingrediente es azúcar y el segundo es grasa vegetal o manteca vegetal), azúcar (como tercer ingrediente), (otra vez) grasa vegetal, glucosa, colorantes amarillo 6 y rojo 40 (enlistados en dos ocasiones y componentes que están asociados a cambios en la conducta en los niños, como hiperactividad y déficit de atención).
Contiene 30 ingredientes en total (contando vitaminas, minerales, conservadores y saborizantes artificiales).
De acuerdo con el investigador Michael Pollan, cualquier producto que contenga más de cinco ingredientes, no es recomendable.
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual.
Se puede consumir de forma esporádica.
De preferencia, no ofrecer a los niños o hacerlo de forma espaciada.
Evitar su consumo, en la mayor medida posible, por su alto contenido de azúcar, sodio y grasa saturada.
Alternativa:
Alegría de amaranto o una palanqueta de cacahuate.
No olvidemos que la obesidad es una enfermedad y además es una epidemia, que se presenta porque existe “algo” en el ambiente que está enfermando a la gente. A diferencia de otras epidemias que se han presentado en la historia, aquí entre lo que nos está enfermando se encuentra el consumo de productos ultra industrializados a lo que se le ha denominado la “dieta occidental”, que consiste en el alto consumo de productos con concentraciones elevadas de azúcar, grasa, sal, harinas refinadas y bajos en fibra.
La obesidad no es una cuestión de “decisión personal”, ya que existe un fuerte engaño con referencia a lo que consumimos
Existe el riesgo de que este producto sea percibido como recomendable por el tipo de publicidad con el que se promociona.
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